
El 29 de octubre de 2024, una gota fría descargó con una intensidad brutal sobre Valencia,provocando el desbordamiento del barranco de Poyo.En cuestión de horas, el agua alcanzó un caudal de 2282 metros cúbicos,seis veces el del Ebro,arrasando todo a su paso. La riada arrasó todo a su paso, dejando un saldo devastador: 225 personas fallecidas, 3 desaparecidas y miles de familias afectadas. Las calles quedaron irreconocibles, el agua se llevó coches, casas y recuerdos, y la ciudad quedó marcada para siempre.
Pero en medio de tanta destrucción, pasó algo increíble: una ola de solidaridad lo cambió todo. Voluntarios de toda España y de otros países vinieron a ayudar sin dudarlo. No solo sacaron barro y escombros, también trajeron apoyo, compañía y esperanza.
Este proyecto, 2282, nace de dos miradas. Por un lado, la más personal: mi familia vivió en primera persona esta tragedia, y gracias a la ayuda de muchos, logramos salir adelante. Por otro, mi mirada como fotógrafo de calle: durante meses recorrí varias localidades afectadas buscando imágenes que contaran esta historia de otra manera, alejándome de los clichés de la prensa y la televisión. Quería encontrar esas pequeñas metáforas, esos detalles que hablan por sí solos, para construir una narrativa más poética y reflexiva.
Más que un simple registro de lo que pasó, esta exposición es un testimonio humano. Es sobre la fragilidad, la resistencia y la belleza que puede surgir incluso en los momentos más duros.













